Harry and Meghan.

Si estáis buscando la enésima reseña contra Meghan Markle y el príncipe Harry, lo sentimos, pero habéis venido al lugar equivocado. Porque, además de tener cierta simpatía por la pareja (y orgullosos de ser impopulares), el documental Harry and Meghan nos parece no solamente una elección muy valiente (así como cualitativamente bien hecha), sino en cierto sentido debida, dada la inmensa campaña difamatoria y vergonzosamente unilateral implementada en últimos años en detrimento de estas dos personas.

Harry y Meghan han sido acusados ​​de haber hecho alarde de una urgente necesidad de privacidad, para luego mostrar públicamente su historia a todo el mundo: pero quién no habría sentido la necesidad de contar su verdad si, al permanecer en silencio, esta quedara escrita incorrectamente por otros?

¡Lo más desconcertante es que ya hemos visto todo esto pasar! Al igual que le sucedió a Diana, Harry y Meghan rápidamente se dieron cuenta de que ellos eran ese pequeño “engranaje” que gira mal en el inmenso mecanismo de la casa real inglesa.

Diana era una pieza diferente, que intentó adaptarse sin éxito y que por ello fue expulsada del gran mecanismo (o puesta en posición de autoexpulsarse). De igual forma, Meghan Markle - actriz, estadounidense - no encajaba en el sistema y el sistema, como sucedió con Diana, lo percibió de inmediato. Harry fue advertido, pero él - que como dice en el documental “es el hijo de Diana” - no quiso escuchar, convirtiéndose así en un todo único con su esposa, Harry and Meghan precisamente, un nuevo engranaje fallido, obligado una vez más a huir, a alejarse, para sobrevivir y no ser aplastado.

Así como Diana fue acusada de ser una perturbada mental, Meghan Markle es dibujada como una manipuladora. En resumen: si no eres como ellos, algo anda mal contigo.

Que el pasado debería enseñarnos algo, pero no aprendemos, no es la primera vez que pasa. Afortunadamente, sin embargo, hay una gran diferencia entre Meghan y Diana: y esta diferencia se llama Harry. Un joven que se comportó como un verdadero príncipe con su mujer (¡no como Carlos con la pobre Diana!), a costa de perder su reino.

Querido Harry (y Meghan), a tu madre le hubiera encantado este documental. Seguro que lo sabes y que - en el fondo - es lo único que te importa.

Luisa Scarlata