Una buena familia americana.

Una buena familia americana (Good American Family) es una miniserie de 8 episodios de drama y crimen verdadero, creada por Katie Robbins y protagonizada por Ellen Pompeo, Mark Duplass e Imogen Faith Reid.

Una buena familia americana se inspira en el célebre e inquietante caso de una pareja del Medio Oeste (Kristine y Michael Barnett) que adopta a una niña con una rara forma de enanismo: Natalia Grace. Cuando los Barnett empiezan a criar a Natalia junto a sus tres hijos biológicos, surge un misterio sobre su verdadera edad, sus orígenes y su comportamiento…

Una buena familia americana presenta un drama real que impacta no solo por la historia en sí, sino por la interminable cadena de ambigüedades y errores cometidos y perpetuados por cada uno de los protagonistas de esta terrible historia.

Es comprensible que cada quien relate los hechos desde su propia perspectiva: es humano y ocurre en cualquier tipo de narrativa. Pero en el triste caso protagonizado por Natalia Grace y los esposos Barnett, las versiones son tan diferentes que decidir de qué lado estar se vuelve, hasta el final, una misión casi imposible.

Y es precisamente en esa ambivalencia, en las dudas y en los distintos ángulos desde los que se mira, que se basa Una buena familia americana, al punto de dividir la serie en dos partes: una primera desde la perspectiva de los Barnett (por supuesto, a su favor) y una segunda desde la de Natalia Grace, a través de la cual, paso a paso, va emergiendo la verdad, o al menos lo más cercano a ella.

¿El veredicto final? En esta historia absurda y dolorosa no hay ganadores, solo amargura y dudas que, aún hoy, siguen presentes en la vida real.

Un comentario sobre las interpretaciones: convincentes y creíbles las de Christina Hendricks y Imogen Faith Reid en el difícil papel de Natalia; correcta la de Mark Duplass, mientras que decepciona la de Ellen Pompeo que a menudo resulta forzada en el rol de esta madre perpetuamente contradictoria y en ocasiones aterradora. De la (ex) doctora Grey esperábamos más.

Luisa Scarlata