Ocho apellidos marroquís.

Ocho apellidos marroquís es una comedia española dirigida por Álvaro Fernández Armero. Es la tercera entrega de la saga de mayor éxito en taquilla de la historia del cine español, pero en este caso con cambio de director, guionista y elenco.

En Ocho apellidos marroquís, Carmen (Elena Irureta) acaba de perder a su amado marido, José María. Sin embargo, a través de un vídeo, descubre que tendrá que cumplir su último deseo: recuperar el ‘Sardinete’, el primer barco pesquero que tuvo su marido, el cual está anclado a un puerto marroquí. En su viaje de Cantabria a Marruecos, la acompañarán su hija Begoña (Michelle Jenner) y el ex de esta, Guillermo (Julián López), todavía muy enamorado de ella…

Si Ocho apellidos vascos y Ocho apellidos catalanes habían abordado irónicamente el tema del racismo y los contrastes culturales dentro de un mismo país (España en este caso), Ocho apellidos marroquís traspasa las fronteras españolas para “chocar” con otro país: Marruecos. Y es por eso que las cosas se vuelven más delicadas y la ironía quizás un pelín incómoda.

La película, hay que decirlo, no fue creada para burlarse de los marroquíes, sino del racismo y los prejuicios inherentes a un determinado tipo de españoles; en este caso concreto de una familia de pijos de Cantabria que se ve obligada a cruzar las fronteras de su queridísima España y encontrarse con sus “vecinos del sur”.

En general, coincidimos con el concepto de que “la risa es una gran herramienta para remover conciencias” (y efectivamente con Ocho apellidos marroquís se ríe mucho, gracias también a un reparto muy adivinado); aquí, sin embargo, a diferencia de las dos primeras películas de la saga, de vez en cuando el espectador advierte una cierta incomodidad, aunque sea de forma sutil.

Quizás era mejor seguir jugando en casa.

Luisa Scarlata