Muerte en el Nilo.

Muerte en el Nilo es el esperado homenaje a la novela del mismo título de 1937, de Agatha Christie. Nos acompaña el célebre detective Hercule Poirot, que esta vez debe averiguar quién es el asesino a bordo del barco egipcio. Su ingenio inconfundible nos llevará por una aventura definida por los contrastes de carácter de los excéntricos personajes y el majestuoso paisaje del Nilo.

Poirot sigue a la pareja de recién casados, Simon (Armie Hammer) y Linnet (Gal Gadot) durante su luna de miel por los parajes exóticos rodados en Reino Unido. Aunque la plantilla de colores sea sobresaliente - bailando sobre tonos de dorado y naranjas tostados que aluden a la arena del desierto - la producción de $90,000,000 no se ve muy reflejada en los efectos especiales, principalmente en el diseño malogrado de las pirámides, una figura constante en el thriller. Nos compensa el diseñador español Paco Delgado quién creó los looks espectaculares de los personajes basándose en la misma paleta de colores tierra, destacando el vestido de esfinge egipcia de Gal Gadot.

Cuanto a la trama, Muerte en el Nilo sigue bastante fielmente la línea de “Asesinato en el Orient Express”, de 2017. Las relaciones entre los invitados del crucero son peculiares e intrigantes, pero el guión deja ciertos conflictos por resolver hasta los últimos quince minutos, haciendo que la historia luzca demasiado acelerada en ciertos aspectos. Además, la premisa del thriller no trae ninguna innovación o cambio considerable en relación a sus antecesores y tal vez este se convierte en su peor defecto.

Buena producción y actuaciones, pero no lo suficiente para competir con sus antepasados de Hollywood. Muerte en el Nilo acaba siendo una película de agradable entretenimiento pero con un sabor a producto reciclado de otras obras maestras, bajando su puntuación final a un 7/10.

Julieta Rueff