Lightyear.

Que Buzz Lightyear era un personaje especial (tan especial que merecía ser explorado), lo teníamos muy claro desde los días de la magistral saga Toy Story. Y ahora Lightyear - nuevo estreno de Disney Pixar - nos demuestra que no nos equivocábamos.

En Lightyear, Buzz se encuentra atrapado en un planeta hostil a 4,2 millones de años luz de la Tierra junto a su comandante Alisha Hawthorne y a su tripulación. Lightyear - famoso por su tozudez - intenta más y más veces encontrar la manera de volver a casa a través del espacio y el tiempo y de muy peligrosos viajes con la hipervelocidad. Lo acompañan Sox, un brillante asistente gato-robot y - más tarde - Izzy, sobrina de Alisha Hawthorne…

Buzz Lightyear se merecía una película propia. Una película que quizás no subiríamos al podio de los casi siempre impecables productos de Pixar, pero que aún así consigue regalarnos acción, emociones, diversión y sobre todo contenido de valor.

La terquedad de Buzz - por ejemplo - nos enseña (o nos recuerda) lo importante que es saber sacrificarse y no rendirse aun cuando el precio a pagar sea considerable. Izzy - por su parte - nos muestra los beneficios de ser valientes y de ser capaces de superar nuestros peores miedos mientras que a su abuela Alisha se le da la tarea, a través de su historia personal, de romper por fin con absurdos prejuicios.

En un momento histórico en el que las oportunidades de recibir mensajes positivos (especialmente para los más pequeños) se reducen al mínimo, todo esto nos parece sencillamente magnífico.

Larga vida a Buzz entonces. ¡Hasta el infinito… y más allá!

Luisa Scarlata