Jurassic World Dominion.

La saga de Steven Spielberg regresa cuatro años después del estreño de “Jurassic World: El Reino Caído” con el épico y esperado final de la era Jurassic, Jurassic World: Dominion.

En Jurassic World: Dominion - dirigida por Colin Trevorrow - vemos como ahora en todo el mundo los dinosaurios conviven con los humanos. Esta delicada convivencia, sin embargo, se basa en un equilibrio muy frágil, que puede romperse demasiado fácilmente. Recordamos que se trata del final de una saga: por eso, mas allá de los acontecimientos que suceden durante este último capítulo (que no os vamos a spoilear para no quitaros la diversión) más importante es la reflexión que nos deja el final de esta última película. ¿Los seres humanos seguirán en la cúspide de los depredadores en un planeta que comparten con los animales más terribles de la creación? Y sobre todo, ¿serán capaces de encontrar la forma de establecer una convivencia mutuamente pacífica?

Si algo abunda en Jurassic World: Dominion es la acción y la adrenalina que la acompaña. El peligro de aburrirse por tanto no existe, a pesar de que la duración de la película supera (un tanto injustificadamente) las dos horas. La trama está bien pensada, el ritmo es rápido, los personajes bien definidos (¡que gusto da ver juntarse por primera vez dos generaciones: Chris Pratt y Bryce Dallas Howard de un lado y Laura Dern, Sam Neill y Jeff Goldblum por el otro!).

Aún así, la sensación de que falta algo está ahí. El aspecto emocional permanece un poco dormido, esperando algo que no llega. El tiempo pasa, te diviertes, no te distraes pero ni siquiera te enamoras completamente. Y, una vez que pasan los créditos, lo que se te queda grabado en la memoria no es el último capítulo, sino toda la saga de Jurassic World.

Sin embargo, al final de todo, ¿no es este el mejor resultado?

Luisa Scarlata