Springsteen: Deliver Me From Nowhere.

Springsteen: Deliver Me From Nowhere es una película dramática musical biográfica sobre el cantante de rock, compositor y guitarrista Bruce Springsteen. La película está escrita y dirigida por Scott Cooper (basada en el libro de Warren Zanes de 2023), y protagonizada por Jeremy Allen White en el papel de Springsteen.

Springsteen: Deliver Me From Nowhere, sigue a Bruce cuando era un joven músico en los albores de la fama mundial, tratando de reconciliar las presiones del éxito con los fantasmas de su pasado. Grabado en un viejo cassette de cuatro pistas en su habitación en Nueva Jersey, Nebraska refleja un periodo trascendental de su vida, así como su crisis existencial, sus traumas y el miedo a traicionar sus humildes orígenes…

Sería imposible para mí no confesar de inmediato mi amor infinito por Bruce Springsteen, y el vínculo profundísimo que me une a su historia, a sus palabras y a sus canciones. Por todo lo que ha representado, no solo en mi vida, sino también en la de tantos otros. Por todos los recuerdos que me atan a este maestro del storytelling, desde que era una niña.

Y, sin embargo, eso no me convierte en una crítica indulgente. Más bien en lo contrario. Sentía un cierto temor antes de ir a ver Springsteen: Deliver Me From Nowhere, precisamente por todo lo que, con honestidad, acabo de contar. Tenía miedo de salir decepcionada o incluso de sentirme, de algún modo, ofendida por un retrato mal hecho de Bruce.

Jeremy Allen White, un actor con mayúsculas, me daba buenas sensaciones — al igual que la aprobación constante de Springsteen al proyecto, tanto antes como después de su realización. Pero ya se sabe: no siempre conviene fiarse de todo lo que se lee o se ve.

Entré a la sala algo tensa, pero bastaron unos segundos para darme cuenta de que Springsteen: Deliver Me From Nowhere no me iba a decepcionar en absoluto. Porque Scott Cooper ha logrado construir un biopic inusual, capaz de ser biografía, película y documental al mismo tiempo — y de tomar lo mejor de cada uno de esos lenguajes.

Jeremy Allen White, por su parte, te hace olvidar que no es Springsteen: tras unos breves segundos de inevitable ajuste, se vuelve creíble de una forma sorprendente. No lo parodia, no lo imita: simplemente lo encarna. Se transforma en él con intensidad, y al mismo tiempo de una manera absolutamente fluida y natural.

Springsteen: Deliver Me From Nowhere narra un fragmento diminuto de la vida y la carrera de Bruce, y sin embargo, precisamente ese fragmento logra representarlo y explicarlo como tal vez mil otros momentos de su existencia no habrían sabido hacerlo.

Aquí hay una futura estrella que, ante todo, es un hombre profundo y sensible como pocos; está la relación clave, inusual y fundamental con su mánager, Jon Landau, que supo ser amigo y apoyo en los momentos más oscuros; hay una figura femenina que lo impulsa y lo ayuda a enfrentarse a sus propios demonios; y, sobre todo, hay un artista — “el Boss” — que jamás ha hecho concesiones, que siempre ha dado a las historias y a las palabras el peso que merecen, incluso a costa de perderlo todo.

Y precisamente por eso no ha perdido nada. Después de Nebraska, Bruce se convirtió en un dios: del rock, del escenario, de la música. Un héroe de la clase trabajadora, de la gente común, de quienes sudan y se esfuerzan. De los que quieren ser “salvados de la nada”. Como él.

Luisa Scarlata