Bones And All (Hasta Los Huesos).

Bones and All (Hasta Los Huesos) es una película de terror romántica dirigida por Luca Guadagnino. Ambientada en las vastas llanuras del Midwest en la década de 1980 - y basada libremente en la novela del mismo nombre de Camille DeAngelis - la película está protagonizada por Taylor Russell y Timothée Chalamet.

Bones and All sigue la historia de dos adolescentes caníbales: Maren (Taylor Russell) y Lee (Timothée Chalamet). Ambos solos y esclavos de su destino, los dos emprenden un viaje “on the road” a través de los Estados Unidos, en busca de una posible redención…

Hay parejas que nunca deberían separarse: una de ellas es sin duda el dúo artístico compuesto por Luca Guadagnino y Timothée Chalamet (ya inolvidables con la película Call Me By Your Name).

El primero - Luca Guadagnino - un director con una sensibilidad realmente única, siempre capaz de convertir una historia en una obra maestra de la gran pantalla; una obra que literalmente hipnotiza al espectador durante su visión, pero que - sobre todo - nunca puede ser olvidada, quedando imborrable en la memoria del corazón. El segundo - Timothée Chalamet - un joven actor con un talento raro y envidiable, extremadamente hábil en convertir a cada uno de sus personajes en alguien que, cuando termina la película, realmente te gustaría conocer, incluso cuando se trata de un caníbal.

Y es precisamente de caníbales, de lo que hablamos en este espléndido Bones And All. Caníbales que, sorprendentemente, son capaces de despertar a la vez horror y empatía, repulsión y ternura, odio y amor, intolerancia y comprensión, repugnancia y sensualidad, en un juego de altos contrastes que - durante más de dos horas - te corta la respiración y aturde tus sentidos dejándote, cuando llegan los créditos, emocionalmente agotado y felizmente exhausto.

Bones and All - cuyos temas principales son evidentemente la soledad, el aislamiento y la aceptación - es una película cruda y violenta (de verdad) y, al mismo tiempo, romántica y compasiva. Un cuento que, paradójicamente, inspira clemencia a través de la crueldad física, moral y psicológica. Una mezcla efectivamente compleja, que solo la maestría de Guadagnino y las magistrales interpretaciones de Chalamet y Russell pudieron llevar al más alto nivel.

Poder convertir el terror en poesía fue un desafío digno de un Oscar; un reto que tanto el director italiano, como su increíble reparto, para nosotros, ya han ganado.

Luisa Scarlata