Beautiful Boy: siempre serás mi hijo.

Beautiful Boy es una película dramática estadounidense dirigida por Felix Van Groeningen y protagonizada por Steve Carell, Timothée Chalamet, Maura Tierney y Amy Ryan.

Basada en dos autobiografías best-seller por el dúo padre-e-hijo David y Nic Sheff, Beautiful Boy cuenta la terrible adicción a las drogas - especialmente a las metanfetaminas - a través de los ojos de un padre (Steve Carell) que ve a su maravilloso hijo Nic (Timothée Chalamet) completamente perdido y aniquilado por esta enfermedad, así como incapaz de superarla por completo a pesar de los muchos y dolorosos intentos…

Después de leer el espléndido y homónimo libro de David Sheff - el desafortunado padre protagonista de esta terrible historia (lamentablemente muy común a muchos) - es imposible no advertir quizás el único pequeño defecto de esta igualmente espléndida película: la falta de orden en la narración de los hechos.

Cuando llegamos a una situación dramática, en efecto, siempre intentamos buscar sus orígenes hacia atrás. Y justamente por eso es importante retroceder (y luego avanzar) en orden, porque nos ayuda a tratar de entender dónde se cometieron los fallos: ¿cuándo empezó todo? ¿Cuáles fueron los errores perpetrados uno tras otro que luego, acumulados juntos, dieron lugar al desastre? ¿Qué cambió con el paso del tiempo que no notamos? ¿Cómo llegamos hasta aquí?

En “Beautiful Boy” el libro, esto es lo que intenta hacer David Sheff (que es lo que haríamos todos si estuviéramos en su lugar, aunque sea inútil o sin sentido): intentar rebobinar la cinta, para comprender qué llevó a su hijo Nic a convertirse en drogadicto. En la película (probablemente por razones de tiempo), esta revisión del pasado se vuelve más confusa y menos minuciosa, perdiendo un poco el sentido de ese “trabajo de investigación” realizado por el padre.

Lo que no se pierde en absoluto, en cambio, es la poderosa intensidad de esta historia y el dolor atroz e inimaginable del que está imbuida. Steve Carell y Timothée Chalamet, demuestran ser dos actores absolutamente excepcionales, capaces de interpretar con gran autenticidad dos papeles altamente complejos y delicados.

El resultado es una película tan hermosa como tremendamente dura. Una advertencia, que no debe subestimarse.

Luisa Scarlata